Después de unos instantes
en los que María les ofreció unos dátiles y leche, decidieron
retomar la conversación.
María. - ¿Que os ha
parecido Betsabé?
Todos se miraron los unos
a los otros, les chocaba la pregunta y la verdad es que no era para
menos, Timoteo entonces contestó.
Timoteo.- Yo creo que esta
mujer es diferente de las que hemos hablado hasta ahora, pues las
otras decidían, Betsabé se deja llevar por los acontecimientos, no
puedo pensar que pasaría en la primera entrevista con David, ¿Como
se le puede decir que no, a un rey? Y más si este rey es un hombre
hermoso. ¿Consintió o no consintió?
María. - Es cierto que no
lo sabemos, pero probablemente si, pues no se dice que ella hiciera
oposición, por otra parte cuando supo que estaba embarazada, llamó
a David y este quiso tapar su falta, al principio con un engaño,
tampoco se sabe si después fue cómplice de la muerte de su marido,
o no. Pero David la tomó por esposa. Lo que ya no está claro es la
intervención de Dios en la muerte de ese primer hijo, que por otra
parte era inocente. ¿Castigarle a él por el pecado de sus padres?
Yo creo que no, y menos sabiendo la trayectoria de David y sus hijos
que por ambición y celos, se mataban sin miramiento ninguno.
Abigail. -¿Que quieres
decir María?
María. -Pues que muy bien
pudiera ser que el propio rey matara a su hijo, pensando en la
probabilidad de que no fuera suyo.
Abigail. -Entonces ese
gran rey David, no era como pensábamos.
María. -Pues no, se dice
que se arrepintió, pero su familia fue un nido sanguinario.
Timoteo. -Pero fueron
elegidos para ser antepasados de Jesús.
María.- Sí, así fue,
Dios escoge a quien quiere, aunque sea pecador, para obtener sus
fines y solo Él sabrá por que.
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