BIENVENIDA

He aceptado el catolicismo desde la libertad de mi pensamiento, y soy tolerante con los demás, como también me gusta que lo sean conmigo. Soy hija, madre y abuela,y también esposa, mi edad no creo que sea importante. He sido alumna de la Escuela de Navales y después de ser administrativa, he vuelto a las aulas de la Universidad, no por obligación sino por gusto.
Pinto un poco, escribo un poco y compongo música.
Me gusta la música, el arte, la cocina y un largo ect. de cosas. Y me gusta vivir la vida intensamente.

martes, 18 de diciembre de 2012

TERCERA VISITA A MARÍA LA MADRE DE JESÚS


Era un día de calor en Jerusa, la gente se guarecía en cualquier sombra, era sobre la hora nona, cuando María y sus amigos se encaminaron a casa de María mdJ. Para ir a la ceremonia del Recuerdo y cuando terminó, María se adelantó y saludó a María mdJ.
María. -Shalom, María mdJ. Hemos venido a visitarte y a escucharte.
María mdJ. Shalom, me alegro de veros, sobre todo en estos tiempos tan difíciles para nosotros, si lo deseáis hoy os hablaré del nacimiento y la infancia de mi Hijo, ¿Os parece bien?
Todos asintieron.
María mdJ. - José y yo estábamos en Belén por el empadronamiento de Augusto, reinaba Herodes el Grande, y era un día de principios de Otoño, el tiempo refrescaba, pero no hacía frío, buscamos hospedare, pero no lo encontramos y para refugio nuestro nos dieron un establo de animales, para descansar, entonces yo empecé a sentir dolores de parto, José me ayudó en todo momento y a media noche, cuando todos estaban dormidos, nació mi Hijo. Mi Niño era un niño normal como todos, sin diferencia alguna, lo limpiamos como pudimos con un poco de agua que trajo José, y yo lo puse encima de un paño blanco, sobre las pajas. Hasta ahora todo fue normal, pero un ángel avisó a la gente del lugar, que eran casi todos pastores y ellos vinieron, le adoraron y le trajeron muchos regalos, cada cual lo poco que podía y así me fui arreglando. Y entonces una estrella brilló en el cielo, era hermosa y se posó en encima del establo y vinieron unos magos de tierras lejanas y también le adoraron y le trajeron oro, incienso y mirra, como Rey, Dios y Hombre y empezamos a darnos cuenta del significado de nuestro Hijo, pero nosotros le tratábamos como un niño más, en todo.
A los doce días de su nacimiento, lo circuncidamos como a todo varón de Israel, en el Templo estaba Simeón, hombre justo y profeta, que lo cogió en brazos lleno de alegría, por que Dios le había permitido ver al Salvador y luz de Israel y a mi me dijo algo, que de aquella no entendí, que una espada atravesaría mi corazón, ahora ya la entiendo.
A los cuarenta días como primogénito que era. lo presentamos en el Templo
Después un ángel avisó a José de que Herodes se había enterado de la existencia de mi Hijo y quería matarlo, así que huimos a Egipto hasta que Herodes murió, Jesús todavía era pequeño. Cuando volvimos, nos enteramos de la matanza de los niños.
Perdimos la cuenta de que además de ser nuestro Hijo, tenía otro Padre, un día desapareció tres días y nos llevamos un disgusto José y yo, en la peregrinación a Jerusa y cuando lo encontramos estaba en el Templo, enseñándoles a los sacerdotes, con gran sabiduría, le amonestamos y El respondió “No sabéis que tengo que ocuparme de las cosas de mi Padre” y me dí cuenta de que mi Hijo, en realidad era mi Dios y que por encima de nosotros, estaba ese Padre y por encima, estaba la misión encargada por ese Padre.
María mdJ. Se quedó pensando, posiblemente vinieran a ella esos recuerdo, pensamos que estaría cansada y nos despedimos y María le hizo una ofrenda de dátiles.

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